El manguito rotador es un conjunto de cuatro tendones: el subescapular, el infraespinoso, el redondo menor y el más famoso de todos, el supraespinoso. Se disponen circularmente alrededor de la cabeza del húmero y se encargan de mantenerla centrada durante todo el movimiento del hombro, además de ayudar a realizar las rotaciones y elevación del brazo.

El envejecimiento y el sobreuso son las causas más frecuentes de lesión de estos tendones.

Los síntomas que con más frecuencia aparece en las lesiones del manguito rotador son el dolor y la dificultad para realizar ejercicios de fuerza con ese brazo. El dolor, que suele ser la queja principal, no sólo se produce con la actividad, sino que puede aparecer con el reposo e incluso por la noche durante el reposo.

Para el diagnóstico es fundamental realizar una evaluación física integral. La experiencia del evaluador es clave para no pasar por alto datos importantes. El médico podrá apoyarse en diversas pruebas, como una radiografía, una ecografía o una resonancia magnética, según lo que se haya observado en la exploración.

Hay diferentes grados de lesión del manguito rotador, abarcando desde una tendinopatía, hasta una rotura parcial, una rotura completa, o una rotura masiva (dos o más tendones) con gran retracción. Lógicamente, el tratamiento variará según el tipo de lesión y las características de cada paciente, así como de sus expectativas funcionales.

En ciertos casos, una operación puede ser la mejor opción para solucionar los síntomas. Habitualmente se realiza por artroscopia, una cirugía poco invasiva en la que, a través de pequeñas incisiones en la piel se introducen una cámara y diferentes instrumentos para realizar los gestos que se crean convenientes. Es importante que el cirujano que lo vaya a realizar tenga una amplia experiencia en este tipo de cirugías para conseguir los mejores resultados posibles.

Tendones del manguito rotador rotos
Tendones del manguito rotador reparados

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