La epitrocleítis, comúnmente llamada “codo de golfista” es una tendinopatía del grupo muscular flexor-pronador de la muñeca – antebrazo, que se inserta en la carea medial (interna) del húmero, a nivel del codo. Suele aparecer en adultos que llevan a cabo movimientos repetitivos de codo y antebrazo, por lo que lo más habitual es que aparezca en trabajadores manuales como albañiles, fontaneros, etc. En un porcentaje menor, también puede aparecer en personas deportistas, especialmente lanzadores por encima de la cabeza como jugadores de béisbol o jabalina, sin olvidarnos de jugadores de tenis o de golf.
Habitualmente cursa con dolor en la cara interna del codo al realizar determinadas actividades, y de forma excepcional produce dolor en reposo. Cuando esto último sucede, hay que descartar que no haya una compresión asociada del nervio cubital a nivel del codo, lo que puede producirse hasta en el 50% de los casos.
El diagnóstico suele ser clínico y basta con atender los síntomas y realizar una exploración física exhaustiva. En determinadas situaciones, puede ser útil echar mano de pruebas complementarias como la ecografía o estudios de conducción nerviosa si se sospecha una afectación del nervio cubital.
El tratamiento suele ser conservador, y consiste en reposo, frío local, modificación de la actividad física y rehabilitación. En casos muy dolorosos o resistentes, las infiltraciones pueden ser necesarias, existiendo gran variedad de compuestos que se pueden administrar. Es fundamental acudir a un profesional con experiencia y actualizado que conozca las diferentes alternativas que existen, para poder indicar la infiltración más adecuada para cada paciente.
Finalmente, si no ha habido mejoría con el tratamiento conservador en un plazo razonable, la cirugía puede llevarse a cabo para solucionar los síntomas.
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