El tendón de la porción larga del bíceps es uno de los dos tendones que luego conforman el músculo bíceps. Se origina en la parte superior de la glenoides, en continuación con la porción superior del lábrum. Su función no está del todo clara para los profesionales del hombro. Parece que, en determinadas situaciones, actúa como un estabilizador secundario del hombro, y puede contribuir a la fuerza de pronación-supinación (giro) del antebrazo. En cualquier caso, es un tendón con un recorrido muy complejo y no se le considera uno de los tendones del manguito rotador.
A pesar de no conocerse con exactitud sus atribuciones, se han descrito muchas enfermedades relacionadas con él, y se le reconoce como uno de los mayores generadores de dolor del hombro. Las tendinopatías aisladas, por ejemplo, son muy frecuentes en deportistas levantadores de peso, así como lanzadores.
Es característica de esta enfermedad el dolor en la cara anterior del hombro que aumenta con la rotación interna (llevarse la mano a la espalda) o con la abducción y la rotación externa (rascarse la oreja contraria). Es muy importante sospechar esta lesión ante cualquier condición dolorosa del hombro, ya que con frecuencia las pruebas diagnósticas que solicitamos (resonancias magnétivas, ecografías, etc), no muestran una lesión importante a este nivel.
El tratamiento suele depender de la presencia de lesiones asociadas. Si la lesión del bíceps se asocia a otra enfermedad (inestabilidad de hombro en pacientes jóvenes, lesiones de manguito, etc), habitualmente el tratamiento se enfoca a solucionar esta otra patología. En las lesiones aisladas del tendón del bíceps, el abordaje inicial suele ser la fisioterapia y, según el dolor, se puede asociar una infiltración con fines analgésicos. El tratamiento quirúrgico se suele llevar a cabo tras un periodo infructuoso de tratamiento conservador, que suele variar de los 3 a los 6 meses. El tipo de intervención depende normalmente de los requerimientos funcionales del paciente. En personas con una actividad deportiva normal, por encima de 50 años aproximadamente, se suele realizar una tenotomía, es decir, cortar el tendón desde la base, lo cual raramente deja secuelas funcionales. En personas físicamente muy activas, especialmente deportistas de lanzamiento, se puede optar por una tenodesis, que consiste en cortar el tendón desde la base y reanclarlo en otra localización el húmero.
Debido a que es una enfermedad compleja, es fundamental ponerse en manos de un profesional con experiencia en este tipo de lesiones que pueda recomendar la opción terapéutica más adecuada a cada caso particular.
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